150 alumnos de los conservatorios de Euskadi compiten desde ayer en Vitoria por exhibir su talento en el XIII Concurso de Jóvenes Músicos.
Beethoven, Mozart y Bach estarán durante este fin de semana en Vitoria. Junto a ellos, también se podrá percibir a Pavarotti. Afine sus oídos y podrá escuchar la 'Quinta sinfonía'. Todo esto nace de las manos y la cuerdas vocales de 150 artistas adolescentes procedentes de los diversos conservatorios vascos.
Desde el viernes y hasta el domingo este grupo de intérpretes –en pequeños conciertos de 20 minutos– se esfuerzan por deleitar al jurado de la XIII edición del Concurso Jóvenes Músicos de Euskadi. Destacar tiene para ellos varios premios, como recibir una clase magistral del profesorado de Musikene o disfrutar de los ensayos de la Orquesta Sinfónica de Euskadi.
Mientras fuera rugen las bocinas de los coches, el Conservatorio Jesús Guridi se ha convertido para este certamen en una burbuja en la que dentro 'reina' la música clásica. Acordeones, guitarras, arpas o violines suenan desde ayer en su interior, cuando comenzaron a destacar los primeros compases de esta edición.
Los participantes que iban llegando –incapaces de ocultar los nervios– escuchaban de fondo el tambor, el bombo y el xilófono de Eneko Aranguren, el primero en subirse al escenario del auditorio. «Llevo todo el día pensando en la actuación», confesaba este joven, que cogió un autobús desde Donsotia a primera hora de la mañana. «El auditorio impone, pero las primeras sensaciones han sido muy buenas», confirmaba tras el último ensayo. «Confío en mi hijo», añadía acto seguido su padre, que cruzaba los dedos porque todo saliese bien.
Aranguren concursa en la modalidad 'A', dentro de la categoría de percusión, puesto que el certamen se abre a diferentes instrumentos. En este primer grupo participan los jóvenes que no superan los 19 años, mientras que en la categoría 'B' están los menores de 15. Esta división por edades se repite en el resto de categorías.
Leire Martínez de Rituerto ha pegado este año el salto de un grupo al otro. Tiene 16 años y ahora es la más joven de entre los concursantes a los que se enfrenta. A ella le llegará la prueba de fuego en la tarde del sábado, a las 17.15 horas. Cuenta con experiencia, el año pasado también participó. Sin embargo, los nervios están a flor de piel. «Me voy a obligar a dormir», apuntaba en la jornada de ayer tras ensayar por última vez con su viola 'Romance', una de las piezas que ofrecerá.
Oportunidad para exhibirse
Para Nahia Nur Messouli, sin embargo, esta es la primera vez en el concurso. El viernes afinó por última vez su flauta antes de subirse este sábado al escenario para ofrecer al jurado –conformado por tres personas– un tango, dentro de un pequeño concierto que completará con dos obras más. «Quiero demostrar mis mejores cualidades. Busco que el jurado cierre los ojos y trace su propia historia», deslizaba esta vitoriana de 15 años.
«Vamos a ver un muy buen nivel de artistas, cada uno con su propio estilo», apuntaba Unai Insausti, uno de los jurados que evaluará a los concursantes de guitarra. «Con unos pocos segundos podría valer para detectar a un buen artista», apuntaba Insausti, que aconsejaba salir con «tranquilidad» al escenario. Por delante de sus ojos pasará Naroa Arnaiz, que llegaba con su madre y su guitarra al Conservatorio. «Busco exhibir todo mi talento», confesaba la bilbaína, que confesaba estar «un poco nerviosa».